viernes, 27 de mayo de 2011

Reflexionando en una boda

Entre las cosas que me he dejado en el tintero de la semana pasada, y aunque os lo había anunciado, estaba una boda, la boda de una de mis mejores amigas, tal es así que yo era el único chico invitado a su despedida, y es que en anteriores conversaciones siempre habíamos hablado que hay despedidas donde los chicos deben estar, y no en calidad de Boys. Esta era una de ellas, pero por cuestiones económicas tuve que quedarme en Madrid en su día. Bah, que os estoy hablando de mi vida privada y no era mi intención, hablemos de lo realmente importante, de la boda.

Amaneció el sábado, jornada de reflexión con algo de niebla que no consiguió levantar en todo el día. La culpa concluimos fue no llevar los huevos a Santa Clara, que dicen que te responde con un día de lo más soleado. Según la zona donde vivas, esta tradición es de una u otra forma, en algunos lugares la novia va directamente a Santa Clara, le lleva los huevos y listo, en otros lados tiene que ir la novia con huevos de sus amigas, y en otros sitios las amigas van con los huevos, bien de la novia o vaya usted a saber de quien, el caso es que ahí amanecí el sábado tras dormir menos de cuatro horas con unas ojeras del quince y un cansancio de aupa. Pero siempre hay quien me gane, y la novia se retrasó 20 minutos en llegar al altar.

Mi amiga es chiquitita, mide menos que Eva Longoria, que ya es decir. Pero iba muy guapa, apareció en un coche antiguo, de la mano de su padre, casi tan pequeño como ella. Y en una capilla del pueblo vecino se casaron. Como los novios son pequeños, la capilla era también del mismo tamaño, chiquitita y tuvimos que quedarnos más de dos tercios de los invitados en la calle.

Al terminar nos fuimos todos a un pazo cercano, con su palomar, sus escaleras, su capilla, su carpa, su piscina. Vamos que no le faltaba nada, y lo que más ilusión nos hizo, que direis vosotros que es una gilipollez, pero fue una alfombra roja. La pareja de recién casados son dos amigos de dos grupos distintos, con lo cual doble ilusión, y amigos compartidos por todos lados. Después las familias de ambos y gente mayor. Todos muy tranquilos y con más ganas de comer que de fiesta. El menú constaba de unos quince aperitivos distintos, pero no os vayais a pensar que eran solamente unas croquetas y unos calamares, o unos ganchitos, que va, cosas elaboradas para paladares finos, y el colofón un pulpo de Carballiño que a quien le guste, le habrá quitado el sentido. Mientras disfrutabamos de esas viandas un grupo de gaiteros amenizaba la velada. Y ahí fue donde tuvimos esa orgía de fotos que normalmente tenemos en el grupo de amigos.

Era jornada de reflexión, si, pero me senté al lado de esa amiga candidata (que salió elegida concejal) y que estaba nerviosísima. Así que, de reflexionar poco, y de relajarse, aunque lo intentamos, menos. Nos salía política por todos lados. Solo la mención de la palabra "mesa" nos evocaba a las mesas electorales. Pero no éramos los únicos, del pueblo vecino había el número 3 de los socialistas y otro que iba en los últimos de la lista de los populares y que ya había sido concejal. Todo perfecto para no olvidar los 15 días estos tan movidos. Entre las sorpresas que los novios tenían, un concurso de tocados. Y varios detalles con las chicas. Para los caballeros, un puro de regalo, que si uno no fuma, pues, a joderse toca.

Y si, como bien habeis adivinado, mi corbata arrasó, y es que a corbata elegante, creo que nadie me ha ganado en esta boda.

Ya casi al final de la noche, y muy cansado, pese a estar en lo mejor, disfrutando de los miles de "cotilleos" y de esa crónica de la vida social, decidí que era buena hora para irme, aunque, la noche no había hecho más que comenzar.

6 comentarios:

  1. ¡A mí me parece que tanto meneo de huevos, aunque sea para llevárselo a las monjitas de Santa Clara no es normal....! Me alegro, que con elecciones y campaña, tuvieses tu momento de boda principesca... ahora que están tan de moda, lo que siento, es que, como nunca hablas de tu vida privada...¡cuando te cases nos perderemos la crónica! jejeje

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  2. Bueno, si no la cuento yo, que lo haga mi D. por mi, que yo estaré en labores de esposo... uy!! bueno, supongo que D. debería estar también haciendo lo mismo...

    bicos Ricos

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  3. Lo cierto es que a mi no me gustan nada las bodas y las evito como a la gripe, salvo compromisos ineludibles. No obstante tengo que reconocer que tienen su punto.
    Besetes, buen finde

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  4. No esta mal para acabar unas eleciones, algo relajado antes de.... bueno, eso, ya sabes, jajajaj.

    Un beso

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  5. Joerrrrrrrr... es que tienes bonita la corbata de arriba y la corbata de abajo... jajajj!
    ¡Y encima te quejas!

    Besos... y me alegro que disfrutaras. Espero que le dejaras alguna corbata a D.. jajajaj

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  6. Yo no soy muy amigo de las bodas, que normalmente se me hacen pesadas, pero de los aperitivos soy el mayor aficionado del mundo. Y más si sorprenden a mi paladar con sabores exquisitos.

    Un beso (gastronómico)

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