martes, 9 de agosto de 2011

La Acampada

Ya he vuelto de las Islas Cíes, ahora si que ya puedo dar envidia oficialmente. Es más, tenía pensado subir una de esas fotos donde se muestra lo morenísimo que he vuelto, pero por no hacer demasiada sangre, y por esas cuestiones de privacidad mejor lo dejamos para otra ocasión.

Entrada del camping
En poco más de media hora se llega en barco, yo y dos amigos más mientras en el camping nos esperaba el resto de la expedición, con las tiendas ya montadas. El domingo el tiempo fue extraño, algo de calor, nublado, un poco de playa y al rato se cubre el cielo y comienzan a caer unas gotas que paran a los dos minutos y no mojan demasiado pero joden. Así que, calma y campismo puro y duro. A última hora de la tarde, una pequeña excursión por una de las cinco rutas de senderismo que hay, a cada cual más interesante, en esta ocasión la elegida fue un alto con vistas a los acantilados y a la playa donde está el camping.

Vista de los acantilados

Al llegar al camping, lo mejor del día, las duchas, y esos vestuarios donde a uno se le ponen los ojos como platos. Cena, buena compañía y licor café que acompañan a un peculiar juego de adivinar las películas aunque yo, que soy tirando a serio poco más que adivinarlas. Y sin muchas ganas de ir para cama, un paseo hasta la otra isla, en la total oscuridad y donde lo único que podías encontrarte era algún grupo de campistas haciendo botellón (sostenible) y vuelta al camping, a la tienda de campaña, al saco que será lo único que te abrace esos días.

Alba desde la Isla del Faro
En los campings amanece prontísimo, como diría el otro, antes de que coloquen la isla, tu despertador es la propia naturaleza, y como no hay gallos, las gaviotas, que recorren el camping en busca de basura son quienes te despiertan, porque otra cosa en Cíes no, pero gaviotas, lo que más. Ahí puedes disfrutar del amanecer, precioso, aunque dura muy poco y pronto comienza a calentar el sol, el sol que te acompañará el resto del día.

Todavía existen las moras al alcance de la mano
Desayuno tempranero, aseo y nueva ruta preparada en mente, una ruta pequeña, a un faro que está en una de las esquinas de la isla, las vistas son la otra isla, a la que tiene unos pocos chalets y su acceso es casi privado, sin visitantes de turisteo. La ruta atraviesa una pequeña cala de aguas tan cristalinas como frías, un viejo monasterio abandonado y un pequeño muelle, a donde llegan las provisiones del camping, y por donde se van las basuras generadas en el mismo. 

Playa de Nosa Señora
Volvemos bajo un calor de justicia y deciden irse a la playa de Rodas, si, una de las 10 mejoreas playas del mundo, yo que quiero poner el miembro de oro al sol me voy a la nudista de Figueiras, cada año más textil, todo hay que decirlo. Nada reseñable, excepto un señor mayor que me mira, se toca el bañador, se acerca y cuando me hago el dormido se va, luego me quedaría dormido hasta casi la hora de comer. El agua casi ni probarla, congelada. Comida en grupo, una buena comida a base de bocatas de fiambre, patatas fritas y galletas de postre. Y playa nuevamente por la tarde. Esta vez, y puesto que se había levantado algo de viento del norte, decidimos ir a la cala pequeña que habíamos pasado por la mañana más protegida y demasiado petada, la arena blanquísima y el agua, como era de esperar, congelada. Ante el calor excesivo, decido dejar a mis amigos de lado nuevamente y volver a la playa nudista. Allí, del cansancio y el madrugón vuelvo a quedarme frito. Me despierto y a 3 metros de mi, una pareja de mi pueblo, un chico de mi edad que me saluda, volveríamos a coincidir en el camping.

El niño de mis ojos, el chico de mantenimiento del camping
La gente cansada y deshidratada por la tarde comienzan a beber unas cervezas en el bar, mientras nos vamos duchando, sin ganas de más rutas y cenamos, ya los restos, mendigando pan a nuestros vecinos. Con dos bajas, los cuatro que quedábamos teníamos todavía mucha noche por delante, mucho licor café, y algo de fumar, y finalmente ya, cubatas de wishky, y como empezábamos a reir demasiado en alto decidimos irnos fuera del camping a terminar de beber. Por el camino descubrimos que uno de los bares de la isla, esa noche tenía ya la discoteca montada. Otra baja a mitad del camino nos hizo quedar el grupo en tres personas, ya muy borrachas.
 
¿un cardo?
Llegamos a la discoteca, cada uno con una pinta más peculiar que el de al lado, el que llevaba chanclas con calcetines, ligaba con la chica que tenía un chandal y unas botas. Y en el centro de mis miradas, el chico de mantenimiento del camping, qué masculinidad. Al poco desencadenó ya el drama, cuando quise volver, mis dos acompañantes iban demasiado colocados, y a mitad de camino después de hacer miles de Eses y varias paradas, comenzó a vomitar y tuvimos que llevarlo casi a rastras al camping, entre nuestras risas poco o nada silenciosas. Casi a las cinco de la madrugada conseguí meterme en el saco a dormir, o roncar mejor dicho.

Gaviotas en medio de la laguna

El calor dentro de la tienda me hizo despertar, asearme y desayunar, dispuesto a recoger todo el campamento que teníamos montado. Una vez hecho esto, volvimos a la playa, tan solo esperando el barco que nos traería nuevamente a tierra firme. Y es aquí donde termina este largo post que resume mis dos últimos días de vacaciones, y la primera vez que me iba de acampada a estas islas de las que puedo presumir de vivir casi casi al lado, y a las que voy normalmente una o dos veces al año.
 
Hombretón hetero con novia al lado


11 comentarios:

  1. Pues viendo las fotos envidia das y mucha jajajaja, este post es como un post de Parmenio, de viajero y con mucha imagen, como se agradece la generosidad de compartirlas, pero vamos un pedacito de la piel de Pimpf no hubiese molestado a nadie jejejeje. Cariños viajero.

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  2. OOOOOOOH Pimpf q bonico :3 yo quiero acampar, creo que lo hare para fin de year, mientras en casa, ooh las moras me recordaron cuando era peke y en casa de mi abuela al lado habia moras q ricoo :3
    un beso enoormesoon.

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  3. te odio, quiero ir a ahi y ver esos paisajes y bombones tan, pero tan ricos

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  4. dios, gracias por la excelente resolusión de tu cámara. se ve clarito háganle clic

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  5. Pues veo que te lo has pasado muy bien, y que eres como yo haciendo fotos, que le echas fotos a todos los detalles, por nimios que sean, bella foto la del cardo, sí, en efecto, es un cardo y la de las moras, y tú no sales en ninguna.... jejeje... pronto las mías de Tierra Santa

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  6. G-boy, hay fotos mías, aunque la mayoría todavía no están en mi poder, lógicamente están en otras cámaras de fotos... Bueno, compartiría más, que he sacado unas cuantas fotos... pero bah, así, desnudos míos no hay, que a la nudista me iba yo solo.

    bicos Ricos

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  7. Brekiaz, y a donde piensas irte de acampada?? Ya nos irás informando.

    Damian, a que ampliándolas mucho mejor?? Sobre todo la del chico de mantenimiento.

    Observatorio, uhmmm de esas de florcillas tengo unas cuantas, y de gaviotas también, aunque lo curioso es que de estas últimas apenas he subido nada... terminas tan hasta los mismísimos de las gaviotas...

    Bicos Ricos

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  8. jajaj, lo de las fotos en plan paparachi se te da muy bien, eh? Yo quiero ir allí en breve, yo quiero, porque tiene que ser una experiencia genial. Lo de las discos en plan chandal y calcetines las recuerdo con mucho cariño en verano, jajaja, que pintas que llevabamos pero que bien se pasaba.

    Un beso

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  9. Menudo tipazo el del mantenimiento, ya me podia mantener a mi también. Entre este post y el qye le sigue temo por la integridad de tu espalda, pero alla tu. Yo ire a las cies este año, o eso creo, que tengo propuesta en firme. Ya que a ti no se te ve, ver al menos al maromo del camping, jajaja.

    Ah! Y si, esa es la flor de un cardo.

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  10. Las Cíes están en mi lista de lugares pendientes y gracias a las fotos creo que me has terminado de animar, porque me hace falta un mantenimiento completo, jejeje. A ver si el año que viene pongo la casa con ruedas rumbo a tus tierras.

    Un beso!!

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