Las Fiestas del Pueblo

Resulta que como cada año, al llegar el primer fin de semana de agosto, son las fiestas patronales de mi pueblo, que ríase usted de los San Fermines o de las Fallas de Valencia, vamos, lo de mi pueblo es un mundo aparte.

Decir que las fiestas de mi pueblo son de lo más ramplón quedaría hasta feo en alguien pedáneo de aquí, pero es que no hay demasiado donde rascar. La fiesta medieval que tenemos ha desplazado a cualquier otro tipo de festejos, y estas fiestas, aún siendo las principales, sufragadas íntegramente por el ayuntamiento, a base de impuestos y pasar un cerdito para que los comerciantes lo llenasen de billetes. Se ve que con la dichosa crisis los empresarios no han podido colaborar demasiado y aunque mañana tenemos un cartel de lujo en un macroconcierto de estos que te traen a tres o cuatro cantantes de renombre, que vienen juntos en un pack y de los cuales no citaré sus nombres para que no hagais una búsqueda demasiado exhaustiva, pues aparte de eso poco más. Eso si, el macro concierto este en playback es de lo más casposo que puede haber. En palabras del concejal de la oposición, de UPyD "traeis cantantes de un caché tan bajo que nadie los quiere contratar y tienen que venir juntos, y aún así os gastais 100.000 euros". Pues eso.

Claro, las fiestas tienen también otro tipo de orquestas, ya que las mismas duran tres días, hoy dos cutreces máximas, que hasta el mismísimo Gordi, gran fan de las orquestas se escandalizaría, de tercera división. Vamos, esto es tan cutre que ni han contratado como muchos años unas luces para anunciar la fiesta por todas las calles, tampoco es que hayan tirado gran cantidad de salvas para avisar a la gente, nada, sin pena ni gloria. Aunque seamos sinceros, esas cosas cuestan lo suyo y tampoco es que sirvan de mucho.

Eso si, esta tarde ha habido eso que a mi me encanta, los gigantes y cabezudos, danzando al ritmo de una charanga por las calles de los vinos. Que forma de disfrutar, no sé si con las cervezas y los vinos o con el ambientazo que crean y las caras de los niños asustados. Yo eliminaría gran parte de la parafernalia de estas fiestas y sencillamente me quedaría con los gigantes y cabezudos, algo mucho más tradicional, menos casposo y más barato.