¿Pero cómo se puede ser tan cateto? Esta es la pregunta que os haréis mucho antes de finalizar este post. Ayer visitó Thiago el blog, y dejó comentario por primera vez en X meses, ¿y para qué? Cual pájaro de mal agüero para decir que las figuritas de mi belén faltaban. Cuando decía figuritas del belén se refería a las imágenes del blog, que efectivamente faltan. Y hasta aquí la exposición del misterio de la falta de imágenes en el blog.
Ahora la explicación de la cateta de turno. ¿Os lo había dicho que tengo un Galaxy y que soy de lo más nice del mundo mundial? Pues bien, por si no queda claro el Galaxy S II hace maravillas, entre ellas borrar las imágenes del Picasa que es donde las aloja Blogger. ¿Y qué ha hecho Pimpf con su super dedo índice en esa pantalla táctil deslizante? Darle a no sé qué opción de actualizar imágenes, correos electrónicos, teléfonos y demás de la cuenta con la que os escribo estas letras siempre tan maravillosas que podrían rozar el Premio Cervantes. Entre ellas venían las del blog, y yo no es que no os tenga cariño, pero me parece excesivo llevar en el teléfono las imágenes del blog porque para mi es una presión enorme llevar fotos de tanto maromo ligero de ropa, todo el día encima, con el riesgo de tener que verlas cada dos por tres de forma accidental, y yo a todo eso me niego. Así que pulsé en la opción de borrar. Claro, lo que no explicaban era que cuando borrabas, borrabas todas las imágenes no solamente de tu teléfono, que también las borrabas de tu cuenta de Picasa. Vamos, que a lo mejor os estoy liando, pero el resumen podría ser "Pimpf es tan cateto que ha borrado desde su teléfono todas las imágenes del blog".
Al día siguiente, por la mañana comencé a ver cosas extrañas en el blog. Fotos como las del impresentable del PP que en su día votó en el Parlamento Europeo que los homosexuales son enfermos no aparecían. Yo me llevé un alegrón de no ver esa cara tan poco agradable para mi, pero, me extrañó. Enseguida me di cuenta, y más cuenta todavía cuando empecé a ver que no había ninguna imagen, excepto una de Zapatero que dejé guardada cual beata con las estampitas de su santo preferido. Yo lo mismo pero con mi Zapatero. Cuando Thiago dejó su comentario yo ya estaba hundido moralmente, bueno, aunque echándome una siesta, que estas cosas preocupan pero no tanto como para interrumpir una siesta, un buen café, cualquier acto masturbatorio o sexual en general o un partido del Barcelona, ya no digo un cónclave socialista de estos donde uno puede llegar a alcanzar el éxtasis del sopor.
Me puse manos a la obra, ir a Picasa a ver qué ocurría. Ahí confirmé lo cateto que soy, pues solo estaba esa imagen de mi Zapatero solo, aunque bien podría haber puesto una de Rubalcaba, que a los efectos es lo mismo en cuanto a soledad se refiere. Búsqueda de soluciones. Pero Picasa te confirma que no las hay, que si las has borrado, la has cagado. ¿La solución? La de las hormiguitas, es decir, reponer una a una las fotos subidas en su día en el blog. Por suerte, tanto en mi portátil como en el ordenador del trabajo guardo muchas de estas fotos de los posts, la gran mayoría. Otras, por desgracia han sido borradas definitivamente y jamás se podrán recuperar. La parte buena, que siempre puedo elegir mejores fotos en algunos casos, y que voy a estar entretenido unos cuantos días, unos cuantos bastantes, al punto de llegar a plantearme si verdaderamente merece la pena actualizar las fotos o archivar todo como texto. No lo sé. Por el momento he arreglado ya el mes de noviembre. En cualquier caso, lo mejor es que me vaya a tomar un café, y como Rajoy, cuando toque subir alguna foto, ya se subirá, pero sin prisas.
Bicos Ricos