La Sima de Jinámar es una formación volcánica que hay en el barrio de Jinámar, del municipio de Telde, perteneciente a la isla de Gran Canaria. Éste es un cono volcánico de aproximadamente 80 metros de profundidad. Esta sima tiene una larga historia, desde su formación natural, pasando por el asesinato de unos frailes franciscanos de origen mallorquín que se habían instalado en la zona allá por el siglo XIV al traicionar a los aborígenes canarios. Sin embargo, si ha llegado a nuestros días su conocimiento es por los oscuros hechos acaecidos con el estallido del golpe de estado de 1936, cuando este enorme pozo natural fue convertido en uan fosa común.
En internet se encuentra información sobre la matanza en esta sima, aunque diseminada, sin demasiada profundidad sobre el tema, quizá por la dificultad de acceso al fondo de la misma, por el miedo existente a hablar de ello, ya no durante la época franquista, a día de hoy hay miedo e intención de tapar lo que ocurrió en aquellos años convulsos. En Canarias estaba destinado el General Franco cuando preparaba en la sombra el golpe militar que derrocaría la segunda república, de ahí pasó a Marruecos y entraría en la península para instaurar un régimen de terror para algunos, para aquellos que todavía pretendían defender la democracia. En las islas Canarias, al igual que en Galicia tampoco hubo una guerra civil propiamente dicha, no hubieron campos de batalla, aunque si determinados núcleos de resistencia al golpe militar, dicha resistencia fue fulminada en cuestión de días y lo que vino después fue la cruda represión. Concretamente, en la isla de Gran Canaria uno de los lugares de exterminio fue esta sima donde republicanos, socialistas o comunistas eran arrojados vivos o muertos por esos 80 metros en una cantidad de personas todavía difícil de precisar, cientos de personas fueron arrojadas al foso volcánico.
Son muchas las historias anónimas de familiares que cuentan aspectos sobre aquello, he encontrado un par de ellas que ahora os cuento:
Justo García tenía una tienda de comestibles en Agaete, tenía 37 años y una medianoche llamaron a su puerta para buscarlo, lo metieron en un camión y él y Carmen, su mujer jamás volverían a verse. Se lo llevaron a una carcel de la capital de la isla, donde le permitieron llevarle ropa limpia, su mujer volvió al día siguiente por la prisión pero ya no estaba. Sus hijas, muy pequeñas por aquel entonces tienen pocos recuerdos, saben muy poco de lo que ocurrió, no saben de que fue acusado su padre aunque creen que de ser amigo del farmacéutico del pueblo, un conocido socialista. Sospechan que fue arrojado por la sima de Jinámar. La mayor de las hijas desde pequeña tuvo que ayudar en la tienda y madurar, crecer sin su padre y Carmen, la esposa criar a dos hijas sin su marido. Carmen descansa ya en paz, y pidió que sus cenizas reposasen con las de su marido, todavía no saben a ciencia cierta si Justo está en la Sima de Jinámar.
José Santana Florido, también conocido como "Pollo Florido" fue un magnífico deportista de lucha canaria perteneciente al Adargoma, club pionero y bandera de tal modalidad, perteneciente al obrero Círculo Unión San José que además sufrió también la represión fascista de otros muchos de sus miembros que estaban advertidos por su pertenencia al partido político Unión Republicana intentando borrar cualquier seña de identidad canaria. Santana Florido era un hombre fuerte, señalaban los que lo conocieron, militante socialista y que cuenta la historia que fue arrojado a la Sima de Jinámar, pero en el momento de su caída, tal era su fuerza que consiguió arrastrar consigo a dos de los falangistas que lo estaban empujando. Cuenta el espeleólogo Jesús Cantero Sarmiento que ha bajado en numerosas ocasiones al volcán que en una ocasión se encontró con restos de una muñequera de cuero idéntica a la que llevaba Florido en una fotografía, dice que ese tipo de muñequeras eran muy comunes de los obreros de la zona, pero que al lado de estos restos había otros con botas y correaje, que podrían haber sido tranquilamente de los dos únicos falangistas que se supone desaparecidos en la fosa.
El silencio y tapar los horribles sucesos de aquella época parece que fueron las técnicas utilizadas hasta el día de hoy. Al poco tiempo de terminar la más dura represión, la de los asesinatos, las sacas y demás formas de exterminar a la izquierda, cuando el fascismo salió derrotado de la segunda guerra mundial, se encargaron de enterrar el fondo de la sima con distintos materiales volcánicos, lo que hace todavía más difícil recuperar los restos. También se ha utilizado en muchas ocasiones la sima para tirar basura y desperdicios.
Una nieta de Justo, declaraba no hace mucho "No queremos remover nada, por Dios, sólo queremos saber si mi abuelito está ahí abajo y cumplir el deseo de mi madre", una de las hijas de Justo dice "A veces me pregunto qué ha hecho mi madre para sufrir tanto, ni ahora que está muerta consigo que descanse en paz", a la espera de saber si los restos de su marido están en la sima.
Muchos opinarán que las guerras tienen estas cosas, unos matan a los otros, hay mártires de un bando y del otro, en Canarias no hubieron bandos, unos sublevados se dedicaron a exterminar a todo aquel cuya ideología era distinta a la suya. No es cuestión del pasado, hoy siguen muchos de ellos sin encontrar su lugar de reposo, junto a los suyos. Justicia para todos y por igual, sin víctimas de primera y de segunda categoría.