domingo, 31 de agosto de 2014

31 de Agosto

Que váis a pensar que para mi es una fecha señalada, o que aquí detrás se esconde un post romanticón por algún motivo, y nada más lejos de la realidad, el post es un post multicultural, un post gafapasta renacentista de estos con los que os ilustro de vez en cuándo, sobre todo los domingos.
 
Seguro que a más de uno de vosotros os ha llamado la atención desde siempre, que el mes de agosto tenga 31 días. Muchos de vosotros habréis aprendido a utilizar el método de los nudillos para saber cuántos meses del año tienen 30 días, cuántos 31 y esas cosas populares que se van aprendiendo con la vida, lo que no sabéis seguramente, muchos de vosotros es por qué agosto tiene 31 días, cuándo estaba predestinado a tener 30 días, por la alternancia que solía haber. Que yo os digo que soy muy gafapasta, pero aún no me he metido a investigar por qué unos meses tienen unos días y otros meses otros.
 
El caso es que nos regimos por el calendario romano, las calendas graecas. Un buen día, Julio César, el líder militar de la república romana, decidió darse el gustazo de ponerle a un mes del calendario romano su nombre, era quizá un poco más ególatra que el mismísimo Pimpf, ya os lo digo. El calendario romano comenzaba en nuestro actual marzo, y su quinto mes se llamaba quinctilis, Julio César le cambió el nombre por el de Iulius, haciendo honor al apellido de su familia, la familia Julia, en conclusión, dos mil y pico años después y traduciéndolo a la lengua de Cervantes el mes se llama Julio. Veintipico años después de que Julio César cambiara caprichosamente este nombre, su sucesor en el trono de Roma, César Augusto tendría sus celos, y su ataque de egolatría, que llevaría incluso más lejos que su predecesor, él se cogió para si el sexto mes del calendario romano, el mes de sextilis, y lo bautizaría con su nombre,  al apellido de su familia. Veintipico años después, César Augusto, su hijo adoptivo no dudaba en ser menos que Julio César, y cogería el sexto mes (sextilis) del calendario, al que correspondían 29 días, y le pondría de nombre augustus.
 
Claro que el capricho de Augusto no terminaba ahí, y es que no era digno de una deidad como él que el mes al que había puesto su nombre tuviese una duración en días menor que la de su progenitor adoptivo, así que comenzó a hacer cambios en el calendario, y robó a unos meses y otros, y en concreto al mes de febrero un día, dejando a éste con los 28 actuales, y su augustus, agosto en lengua castellana, con 31, el mismo número que el mes de Julio César.
 
Tampoco fue elegido al azar el mes de agosto, no os penséis que todo en nuestros Césares era elegido al tuntún. Eligió el mes de agosto por ser en esta fecha cuándo venció a Cleopatra y a Marco Antonio y entró triunfal en Roma.

4 comentarios:

  1. Como decían en Asterix y Obelix: ¡Están locos estos romanos!

    Bicos.

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  2. Como siempre, estimado P. me estas des-asnando (con el perdón del asno of course).

    Saludos.

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  3. habia leido esto en el colegio pero no con el detalle que aqui he ecnontrado! me gustan estas entradas que acaban con mi infinita ignorancia!

    abrazote para ti!!!

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  4. y hagop otro comentario! solo para subir en el ranking de comentaristas! jajajaja que quiero llegar al primer puesto!! tengo que ver como acabo a los demas!!! que si los romanos le cambian el nombre a los meses!! yo escojo la cabeza de esa lista de comentaristas! jajaja

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