miércoles, 14 de enero de 2015

Ruta por Zaragoza

Hace poco más de un mes aproveché unos días que tenía de vacaciones para hacer una escapada por la provincia de Zaragoza. Una de estas rutas por pequeños pueblos con cierto encanto que vengo realizando desde hace unos meses con la mejor de las compañías del mundo mundial, para conocer aquellos rincones de España que merecen una visita, lugares que rezuman pequeñas historias de la historia, cada una reivindicando cómo pueden su importancia. Los lugares elegidos en esta ocasión han sido Zaragoza capital de la Comunidad de Aragón, Belchite, ciudad devastada por la Guerra Civil Española, Fuendetodos, la ciudad natal de Goya el genio de la pintura, Tarazona, un lugar  pequeño con encanto a los pies del Moncayo, y una visita rápida a Borja famoso por el Ecce Homo restaurado, Calatayud y Daroca, y todo en un fin de semana un poco más largo de lo normal con un frío y un viento de mil pares, que fue quizá la única nota negativa del viaje.
 
La ruta comenzó conociendo la capital aragonesa, de la mano de alguien que la conoce bien, un bloguero fans de este humilde blog que hizo las labores del mejor guía que podríamos haber encontrado, sirva desde aquí el agradecimiento por todo.







El segundo día de viaje nos llevó a conocer Fuendetodos, la ciudad dónde Goya pasó sus primeros años. Toda Zaragoza provincia es prácticamente una ruta de Goya, pero, no podíamos pasar por su pueblo natal sin visitar al menos su casa y el museo con algunos de sus grabados.

 
 
 

Pese a que hasta ahora habíamos sufrido un cierzo de estos horribles, no sabíamos que lo peor nos estaba esperando en Belchite. Pero Belchite es un lugar mágico que bien merecía la pena, aunque fuese sufriendo. Un pueblo abandonado en los años 60 tras la negativa de las autoridades franquistas para reformarlo, todo por mostrar al mundo las miserias de los bombardeos republicanos, claro que, Belchite sufrió la crudeza de la guerra de ambos bandos que se la disputaron de punta a punta. El pueblo antiguo de Belchite no está exento de cierto misterio, de la grabación de ciertas psicofonías que no hacen más que dar esa sensación de inquietud cuándo visitas sus ruinas.








 
 
Pero el viaje nos llevaría esa misma noche a pernoctar en Tarazona, conocida por muchas cosas, pero para un bloguero como yo, que ha hecho algunos post sobre las grandes divas del couplé, no dejaba de ser la ciudad natal de Raquelita Meyer y de otro gran actor español, Paco Martínez Soria. Ya os lo digo, Tarazona se merece un paseo con calma por sus pequeñas y estrechas calles, llenas de encanto y en todos los sitios, la presencia del Cipotegato, personaje típico de las fiestas del lugar. Salir de Tarazona con la ilusión de ir a Borja a ver el Ecce Homo, llegar al sitio y que el párroco del lugar te cierre las puertas justo en el momento que vas a entrar a ver la restauración más conocida en el mundo de un cuadro que representa un Ecce Homo, tiene tela, pero lo decía el dicho, con la iglesia hemos topado, y con las ganas de ver el cuadro nos hemos quedado.






 
El viaje termina en Daroca, previo paso a comer por Calatayud, que quizá se merezca una visita futura junto con otros lugares que nos han quedado en el tintero. Daroca es una pequeña villa rodeada de murallas y una calle principal. Tampoco tiene nada de especial, quizá la venden cómo algo más de lo que es, o quizá llegábamos próximos al final de nuestro viaje y estábamos cansados. Con cierto encanto pero quizá excesivo desviarse de la carretera solo para verlo.
 
 

3 comentarios:

  1. Tus fotos son maravillosas, me transportas a esa España tan interior, tan terracota. Ojala alguna vez vinieras a México, encontrarias esos detalles que a veces nosotros pasamos por alto.

    ResponderEliminar
  2. Uff, el Cierzo es ciertamente matador, a ver si a la próxima tienes mejor suerte.

    ResponderEliminar
  3. Que lindas fotos Parme!!
    Mi mejor amigo vive en Zaragoza.
    Acabo de extrañarlo un poquito mas.
    Un abrazo

    ResponderEliminar